La semana pasada estuvo muy agitada en el ámbito político de La Antigua Guatemala. De hecho, aún mucho antes, si tomamos en cuenta la aparición del exministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, quien se entregó a la justicia guatemalteca luego de estar prófugo por más de cuatro años acusado de haber cometido varios delitos durante el periodo gobernado por el binomio Pérez-Baldetti, quienes vieron naufragar su administración en un mar de intrigas y corrupción.
Corrupción que, dicho sea de paso, incluso podría ensuciar el nombre de la conviviente del actual alcalde de la Antigua, Maziel Ivonne Arango, quien desempeñó varios cargos en dicho Ministerio, administrando la Unidad de Vivienda Popular (UDEVIPO) y el Fondo Guatemalteco para la Vivienda (FOPAVI) desde el 25 de noviembre de 2014; y asumiendo como Viceministra de Comunicaciones el 9 de febrero de 2015, renunciando debido a una supuesta emergencia médica el 29 de mayo del mismo año, poco menos de tres meses antes de que el entonces presidente Otto Pérez Molina presentara su propia renuncia.
Como si lo anterior fuera poco, también fueron filtradas a la red unas imágenes en las cuales se puede apreciar al alcalde Víctor Hugo Del Pozo en una situación muy «poco honorable» con una dama quien manifestaba que hacía públicas las fotos en virtud de que el susodicho alcalde no cumpliera con algo que no termina de quedar claro. «Por no cumplir», expresó la dama en una publicación de redes sociales, sin dar más detalles.
El alcalde solicitó en reunión de Concejo Municipal el pasado 17 de septiembre una licencia para ausentarse de sus funciones sin goce de sueldo para resolver los dos «insignificantes» temas mencionados anteriormente, lo cual estaría muy bien, si no es que el alcalde dejó al Concejal I, Juan Diego Arriola Gallina, al Concejo Municipal, y a veintiséis asesores, al frente de una de las municipalidades más importantes del país, siendo desconocedores todos ellos en temas de administración pública, municipalismo y economía; y por si fuera poco, en un momento sumamente complicado en el cual se deben de abordar temas como la reactivación económica, los altos niveles de delincuencia y muy especialmente el presupuesto para el año 2021.
¿Cómo pensarán pagar los 3.9 millones de quetzales anuales que el alcalde prometió a sus asesores? Eso definitivamente afectará a la ya muy dañada infraestructura del municipio donde los vecinos más necesitados no ven atendidas las necesidades más básicas de agua, drenajes e iluminación de calles y caminos.
Un consejo sano y de amigos que le doy al Concejo Municipal es que ni ahora ni en un futuro sean ellos quienes aprueben el presupuesto para el año 2021. Además, que reduzcan todos sus gastos al mínimo para cumplir con la lista de Navidad que presentó el alcalde durante su campaña. De este modo evitarán responsabilidades administrativas y penales que podrían traerles graves consecuencias en un futuro.
Ahora bien, si el alcalde tenía la experiencia necesaria para administrar el municipio e incluso la experiencia para lidiar con temas tan delicados como los descritos, ¿entonces por qué se fue?
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