Muchas personas me han comentado que uno de los grandes problemas de Guatemala es el sistema capitalista por ser la maquinaria que los grandes “empresarios” utilizan para mantener al pueblo en la pobreza, y que ese mismo sistema necesita de los políticos corruptos para mantener el estatus quo de opresión, racismo y discriminación que ha imperado en el país desde la época de la Colonia. Esto me provoca una mueca de sonrisa dado que no hay nada más alejado de la realidad.
Ese y muchos otros comentarios por el estilo solo demuestran un gran nivel de desconocimiento general en materia de historia económica, motivo por el cual me tomaré la libertad de escribirles sobre el mercantilismo: el sistema económico que la gran mayoría de personas —y nosotros los capitalistas— despreciamos a tal punto de desear que desaparezca del sistema económico nacional.
Con la ayuda de estos artículos deseo que el lector pueda identificar las similitudes entre capitalismo y mercantilismo, pero además pueda descubrir los orígenes de la corrupción del sistema. Es ahí a donde debemos enfocar los esfuerzos para combatirla y convertir a Guatemala en un país que aporte un ambiente propicio para el desarrollo y la prosperidad de la gran mayoría de las y los guatemaltecos.
Todo tiene un origen histórico. En Guatemala en la actualidad poseemos un mercantilismo galopante que se ha arraigado profundamente en las estructuras gubernamentales de nuestra nación, siendo este uno de los tantos motivos por los que resulta tan difícil para la gente honesta, honrada y trabajadora salir adelante y crear riqueza y dicho sea de paso, es también una de las razones por la cual hay corrupción en todos los niveles del asistema gubernamental.
Todo comienza en Francia, donde el sistema mercantilista no tuvo necesidad de establecerse por medio de ninguna estructura “teórica” para llegar a imponerse en las esferas más altas del gobierno durante el siglo XVII a través de las acomodadas clases burguesas de la época.
Durante esa época los reyes necesitaban grandes cantidades de dinero para mantener sus opulentos niveles de vida. Ese dinero procedía de impuestos, tasas y aranceles que se cobraban a los habitantes de los feudos, los comerciantes franceses y extranjeros y los botines de guerra. Dicho sea de paso, las guerras requerían grandes cantidades de recursos económicos que también eran exigidos a los pagadores de impuestos.
La “teoría” mercantilista se presentó posteriormente para vender la “idea” de un sistema que daría gran abundancia a las masas. A los reyes se les dijo que debido a la gran cantidad de dinero que circularía tendrían la oportunidad de cobrar más impuestos, resultado de las transacciones comerciales incentivadas por el derrame económico que habría en la sociedad.
En este punto es necesario señalar que Francia era gobernada por la Dinastía de los Capetos —que lo hizo desde 987 a 1792—, produciéndose el nacimiento del mercantilismo durante el reinado de Francisco I de Francia, lo que dio como resultado en un corto tiempo que la nación se colocara como uno de los países más económicamente importantes de Europa; situación que, como veremos más adelante, fue el resultado de políticas abusivas, expoliadoras y de explotación al pueblo francés. Continuará...
コメント