Por Juan Carlos Luna Aguilera
En ocasiones pienso si Eric Arthut Blair, más conocido como George Orwell, no fue un viajero en el tiempo porque, a pesar de haber vivido en Inglaterra entre 1903 y 1950, describió en sus dos libros más famosos, 1984 y Rebelión de la granja, la problemática actual de Guatemala: una triste situación dentro de un país que busca desarrollarse y salir de la miseria, pero que se encuentra con que los mismos grupos que en el pasado crearon miseria —socialistas de izquierda y mercantilistas de derecha— continúan haciéndolo y de la única forma en que lo saben hacer: a través de la violencia, el salvajismo, la amenaza, el terror, el chantaje y la represión. Seguro que así sí “florecerá Guatemala”.
Lo que actualmente sucede en el país no es nada nuevo. No es el resultado de una revuelta ciudadana y mucho menos el despertar del pueblo ante la corrupción, sino simple y sencillamente la manipulación de algunos sobre los necesarios tontos útiles que hoy, al igual que en el pasado, piensan que su activismo dará como resultado la Guatemala que todos esperamos.
Muchos de ellos son tan incautos e inocentes que lo único que reflejan de sí mismos es un desarrollo intelectual bastante modesto: me refiero desde jóvenes activistas y comerciantes individuales hasta profesionales: especialmente abogados y politólogos que dan su opinión jurídica de la situación. Estos son los peores, ya que son otro tipo de tontos útiles que pretenden manipular la opinión pública a través de su retórica discursiva y desinformadora.
A manera de corolario, comparto con ustedes, apreciables lectores, dos frases célebres de George Orwell con la finalidad de que, como dirían las abuelitas “echemos pan en nuestro matate” y aprendamos las lecciones del pasado; y de esta forma veamos que quien no conoce la historia está condenado a repetirla.
“Yo no querría ver a la URSS destruida y pienso que hay que defenderla si es necesario. Pero quiero que la gente se desilusione de ella y comprenda que debe construir su propio movimiento socialista sin las injerencias rusas”. Lo mismo he sostenido para Guatemala: yo defiendo el derecho de Semilla a tomar posesión el 14 de enero dado que deseo también que, a la brevedad, los guatemaltecos se den cuenta en carne propia, lamentablemente, que el socialismo en cualquiera de sus manifestaciones NO SIRVE y que es un FRACASO anunciado: que así lo ha sido, que así lo es ahora y que así lo será per secula seculorum.
Orwell también nos dio la respuesta: “Hasta que no tengan conciencia de su fuerza, no se rebelarán, y hasta después de haberse rebelado, no serán consientes”. Ese es el problema: ese pueblo inconsciente del que habla Orwell es la gran masa de guatemaltecos que no votan, que votaron nulo, que no participan y que están dormidos… En fin: todos los apáticos y reacios de la participación política.
Los que no se involucran son quienes dejan los espacios para que los peores representantes de la sociedad guatemalteca lleguen a destruir el país como lo están haciendo ahora.
El que tenga oídos que oiga y el que tenga ojos que vea.
Comments