Los lectores habituales de mis artículos —a quienes, dicho sea de paso, agradezco su tiempo y paciencia para este su servidor— podrán notar que recurrentemente uso las mismas frases o citas. Esto se debe a que la verdad solo es una e inmutable, y por ello no puedo dejar de utilizarlas para expresar algo que sea evidente a todas luces.
Y una de esas frases es “En política no hay casualidades”. El 1 de junio del presente año el presidente salvadoreño Nayib Bukele asumió de forma inconstitucional su segundo mandato. En su discurso de toma de posesión manifestó que en este periodo se dedicaría a la economía, dado que —palabras más, palabras menos—, era una tarea y compromiso pendiente con el pueblo salvadoreño.
Ese mismo día, luego de su envestidura, se reunió con el presidente Javier Milei de Argentina, donde —no tengo pruebas, pero tampoco dudas— el presidente Bukele le pidió algunos consejos para mejorar la economía de El Salvador, y Milei seguro que se los dio.
Ahora, durante la primera semana de julio, el presidente Bukele realizó uno de sus recurrentes videos de Tik Tok en el que manda una amenaza a los comerciantes del país salvadoreño, y en el que les da a entender que los tratará igual que a los pandilleros si no bajan los precios de los productos de la canasta básica, por lo que no se quejen después. También asegura que no habían tenido tiempo para atender ese tema de los precios altos, pero ahora que ya terminaron con las pandillas sí perseguirán los delitos cometidos por comerciantes, distribuidores, importadores, etcétera. Ese mensaje a cualquiera podría dejar con una ceja arriba, dado que el presidente más o menos está diciendo que los delitos serán perseguidos cuando él tenga tiempo o cuando él quiera, o ¿cómo es la cosa? No comprendo.
Sin embargo, posteriormente a que Bukele hiciera su alharaca y pretendiera que los precios bajaran como por arte de magia de la noche a la mañana para quedar él como justiciero mayor del pueblo salvadoreño, solicitó una suspensión de arancelas para productos importados de la canasta básica. Antes hay que decir que no dejó de existir algún comerciante incauto que se “espantó con el petate del muerto” y corrió a bajar sus precios.
La solicitud de Bukele va en dirección de eliminar los impuestos de importación sobre más de 120 productos de la canasta básica ampliada y otros productos. Hay que mencionar además que más del 90% de los productos que forman la canasta básica de la hermana república de El Salvador son importados, entre estos la gran mayoría están conformados por frutas, verduras y leche, entre otros; sin embargo, estos productos ya estaban libres de impuestos o aranceles desde antes de la oren tomada por el presidente.
Como podemos ver, a primera vista la iniciativa del presidente en poco o nada vendría a palear la situación de los altos precios de los productos que conforman la canasta básica en El Salvador. Entonces por ahora nos queda preguntar a qué está jugando el presidente Nayib Bukele.
Este artículo plantea una crítica a las tácticas económicas y políticas del presidente salvadoreño Nayib Bukele, centrándose en sus recientes amenazas y promesas de reducir el costo de la canasta básica. Al usar amenazas hacia comerciantes y solicitar la suspensión de aranceles, parece más un intento de ganar popularidad que una estrategia económica sólida. Señala que muchos de estos productos ya estaban libres de impuestos y cuestiona la efectividad real de estas medidas para reducir los precios. En general, el artículo refleja escepticismo sobre las motivaciones y eficacia de la política económica de Bukele.
Creo que si bien es cierto que bajo su gobierno lo erradicar ese mal social llamado maras, no significa que trate a todos como delincuentes llegando a las amenazarlos y usar un lenguaje violento, dándose aires de súper héroe.
Refiriendose a sus mensajes a los comerciantes de El Salvador para que bajen los precios de la canasta básica, con un tono intimidatorio. A pesar de estas advertencias, se cuestiona la efectividad real de las medidas, como la suspensión de aranceles para ciertos productos, que ya estaban libres de impuestos. La crítica sugiere que estas acciones tienen más un propósito político que un impacto económico real.
Creo que el bajar los precios de la canasta básica está bien ya que es claro que eso afecta en general al país pero como quiere bukele que los comerciantes de un día a otro hagan ese cambios, también sería pérdida para ellos y aunque varios si lograron hacer ese cambio creo que fue más que todo para evitar que los acusaran y los metieran a la cárcel.
Cualquier cambio político o económico lleva procesos que a unos les va beneficiar y a otros quizá no , es un juego de inconformidades , quizá la forma de expresarse del presidente si es un poco tajante y directa pero es la manera en la que ha podido manejar su sociedad.
Att: Karla González