Para explicar la afirmación que le da el título a este artículo utilizaré como ejemplo dos Estados de los Estados Unidos de América: California y Texas.
Seguramente algún “conocedor” dirá que estos Estados son incomparables económicamente hablando debido a que Texas tiene los yacimientos de petróleo más grandes en la nación norteamericana; y que, por ello, Texas tiene más recursos que California; pero esto es un error. Precisamente tomé como ejemplo a Texas y sus inagotables recursos naturales, para demostrar que estos poco tienen que ver al hablar sobre generación de riqueza.
Veamos algunos datos generales e interesantes sobre ambos Estados. California aporta a la economía estadounidense un maravilloso 13.34% del producto interno bruto, mientras que Texas un poco más de la mitad: 7.95%. California posee una población que supera los 39 millones de habitantes y Texas más de 29 millones. California ocupa el puesto número 8 en el ranking de los mejores Estados para constituir empresas, mientras que Texas ocupa el primer puesto. Según un informe de la Tax Fundation, en California se paga un promedio de 13.5% de impuestos, mientas que en Texas un promedio de 8.6%. California ocupa el segundo lugar en el ranking de estados “igualitarios” mientras que Texas no aparece en la lista. El salario mínimo en California es de $15.50 dólares la hora y en Texas es de $7.25. Por último, California es políticamente demócrata mientras que Texas es republicano. Ahora la pregunta obligada sería la siguiente: ¿Cuál de los dos Estados es el más rico? Y la respuesta es Texas.
Al ojo del ciudadano común podríamos decir que hay algo extraño en nuestra última afirmación luego de la comparativa que hice entre ambos Estados, ya que no puede ser que el Estado con mayor igualdad, mejor ingreso por salario mínimo y mayor cantidad de asistencia social sea más “pobre” que uno abiertamente “racista”, “discriminador” y, lo que es “peor”: capitalista; especialmente si se considera que el capitalismo es el inicio de la perdición de las sociedades.
Pues la razón en sencilla: en virtud de ser Texas un Estado con una organización de corte republicano hay más libertades y, por consiguiente, mayor libertad económica. Los individuos pueden dedicarse más libremente a las actividades que les parezcan más necesarias a sus intereses y así alcanzar de mejor forma sus propios fines.
California, por su parte, posee una regulación para casi todo. Además, los impuestos son muy altos en virtud de ser un Estado que destina mucha “ayuda” a los más necesitados y a los “no privilegiados”. No obstante, California posee 3 de las 10 ciudades con más homeless (personas en situación de calle) de todo el país y, por mucho, ciudades como San Francisco y Los Ángeles se han convertido en verdaderas ciudades fantasmas: con miles de zombis deambulando por sus calles.
Vemos entonces cómo hay una correlación directa entre altos impuestos, intervención estatal, libertad económica y calidad de vida. La intromisión del Estado en la vida de las personas, la promoción de agendas —no importa cuales sean— y las “buenas intenciones” nada tienen que ver con el crecimiento económico, pero sí tienen mucha relación con la creación de pobreza.
Para que una población sea más rica e incremente más su economía, lo único que se necesita es que se permita a los individuos intercambiar bienes, productos y servicios con la única guía de un mercado libre.
En la economía lo que necesitamos para lograr que un país sea más rico es la libre economía que los pobladores puedan ser libres de intercambiar sus bienes y servicios, es importante mencionar que los recuerdos naturales y el trabajo ara a un país incrementar sus ganancias.
California es el estado más rico, el más poblado pero con la mayor tasa de pobreza por el alto costo de la vida y vivienda. Pienso que el principal problema es la calidad de los empleos. El salario de 15 dólares la hora no compensa por lo altos costos de vivienda y carga tributaria. El estado de Texas tiene costo de vida bajo y no cobra impuestos sobre la renta. El gobierno debe planificar para el futuro