Por Juan Carlos Luna
Este artículo lo tenía en mente desde hace mucho tiempo, pero por una u otra razón no lo había podido compartir con ustedes. Como lo mencioné antes en otra entrega, el desgobierno de Semilla y del presidente Bernardo Arévalo dan demasiados insumos para escribir, pero no tengo la capacidad de compartir adecuadamente muchos temas en un solo artículo.
Yo había vaticinado que en seis meses los alegres y soñadores electores del presidente Arévalo y del movimiento Semilla iban a estar decepcionados de la administración del gobierno actual, pero debo ser honesto y aceptar que me equivoqué dado que tan sólo bastaron cuatro meses para que esto ocurriera, y a estas alturas una gran parte de la población ya está completamente decepcionada, desesperada y preocupada por lo que se le viene al país.
Pero hay que aclarar que no sólo el movimiento Semilla y Bernardo Arévalo son los responsables, sino también, y en mayor medida, las personas que votaron por ellos —o por cualquier otro político— con la único fin de lograr una tan ansiada plaza en el gobierno. O como diríamos coloquialmente: el tan anhelado “hueso”.
Sí: el hueso que les hará tener su salario fijo y “digno” a fin de mes. El hueso que no les pueden quitar porque está protegido por los derechos adquiridos a través de las luchas sindicales, por lo que tampoco importa si trabajan bien o mal. ¡No les pueden quitar su chance! Y hoy, gracias a la intervención casi divina de los diputados —y obviamente, del desaparecido movimiento Semilla—, además tendrán su jubilación, ¡todo gracias a ese buen hueso en el gobierno!
Sin embargo, también hay que aclarar que trabajar en el Estado —me refiero a ser un verdadero servidor público—, no es malo. El servicio público exige y demanda la participación de los más capaces: personas realmente versadas en los temas para los cuales se ha requerido su servicio. De esto no debería quedar duda. Sin embargo, Semilla y el presidente Arévalo fallaron nuevamente en otro tema más que requiere y exige honestidad, transparencia, capacidad y responsabilidad: me refiero al proceso de selección de personal en las distintas dependencias del Estado.
Para muchos de nosotros son conocidos los múltiples momentos de vergüenza que han pasado los trabajadores del Estado puestos a dedo por los diputados del desaparecido movimiento Semilla y del presidente Arévalo. Mencionemos algunos de los más relevantes:
El primero —y el cual nos debiese preocupar más como ciudadanos— es el caso del ministro de Economía, bachiller Jonathan Menkos, quien no pudo responder ante los diputados preguntas simples relacionadas al tema de la ampliación presupuestaria. Trágicamente, el ministro exige Q14 mil 500 millones, pero no sabe en qué o cómo los utilizará.
Otro ejemplo es la reciente interpelación al expresidente de los 48 cantones de Totonicapán, Luis Pacheco, que recién llegó a ocupar el puesto de viceministro —en el Ministerio de Energía y Minas— por haber encabezado los bloqueos del año 2023, pero quien no tiene ni una peregrina idea de qué hace allí o para qué está en el cargo.
Otro ejemplo es el del “asesor del despacho de infraestructura”, en el Ministerio de Comunicaciones, con experiencia de cuatro meses.
Y así podríamos seguir uno por uno, revelando el nepotismo del gobierno actual.
Pero guatemaltecos: debemos comprender que la deficiencia de los gobernantes es únicamente el resultado de nuestra decisión como electores.
Este artículo critica la administración de Bernardo Arévalo y el movimiento Semilla, destacando que, según el autor, la decepción de la población con el gobierno ha llegado antes de lo previsto. Enfoca su crítica en la contratación de funcionarios sin experiencia y en la supuesta incompetencia del ministro de Economía, Jonathan Menkos, a quien acusa de no justificar una ampliación presupuestaria. También señala que muchos buscan empleo en el Estado solo por “el hueso,” lo que socava la capacidad y compromiso necesarios para el servicio público. El artículo concluye con una fuerte crítica a la falta de transparencia en las designaciones.
Es cierto que el haber elegido a arevalo es culpa del pueblo y la verdad es que nos dejamos llevar por los antevedentes sin pensar que Bernardo solo se aprovechó de eso, y es claro que los diputados por cuello es que meten a sus familiares aunque no tengan ni idea a que van, y cuando se ve todo esto a nivel internacional solo somos una burla para los demas paises por culpa de esos "representantes", lo malo de todo esto es que es una historia de nunca acabar ya que la mayoria de los gobernantes hicieron lo mismo, por ejemplo... Jimmy metió a su hermano y a su hijo, arzú a su esposa, y asi podemos seguir...
Siempre que elegimos como ciudadanos es muy complicado, todos los políticos y candidatos algún cierto cargo dirán que velarán por las necesidades del país con tal de mejorar, pero al final todos son iguales y buscan su beneficio y beneficio de las personas que los apoyaron y no el beneficio del país, al final tenemos que votar por el que se considera que perjudicara menos al país aunque siempre será un riesgo porque al que menos se considera que hará daño es el que más daña el país
Todos dicen trabajar y mejorar y cambiar el estado y el gobierno, todos se disfrazan de ovejas que al final son las mismas escorias que solo llegan al gobierno y siguen en lo mismo de la corrupción, es como un Cáncer que no se trata cada vez crece más y más, lo explico el Precidente Bukele la teoría de ir disminuyendo la corrupcion poco a poco no funcionará jamás, tiene que ser desde la raíz pero hay tanto mentiroso de va con la bandera diciendo cambiar y al final todo es lo mismo o peor
Jimmy Josué Merida.
Al momento de las elecciones nunca o casi nunca hay una buena opcion para votar asi que la gente tiene a decidir por quien votar con la opcion del "menos peor" para el pais, ya solo con eso se tiene una idea de lo mal que estamos.
Lamentablemente el gobierno de semilla no a sido mas que otra decepción (como ocurre en cada cambio de gobierno) que hemos tenido, ya que no se han visto nada de resultados y en cambio siguen el pais de mal en peor.
En hacerles conciencia a los guatemaltecos para que en un futuro si podamos tomar mejores decisiones al momento de elegir y no por la opcion popular del momento.