Cayo Flaminio, fue un político y militar muy famoso entre la plebe durante la época de la Republica romana. Durante su actividad como Cónsul, promovió políticas a favor de los más pobres, casi siempre robando, para poder entregar a sus súbditos lo que había prometido. Saqueo territorios para entregar granos al pueblo romano a bajo precio, y también, los territorios que conquistaba, los entregaba al pueblo romano para que tuvieran tierras en las cuales pudieran trabajar para él, estas acciones, al parecer muy buenas, son las que abren las puertas a lo que hoy conocemos como Populismo. De hecho, Cayo Flaminio, forja su camino político, gracias a los regalos que entregaba al pueblo en sus conquistas militares.
Los políticos falsos y mentirosos, siempre buscan hacer creer a las personas en un supuesto “determinismo”, necesario para hacerlos pensar que, necesitan de un político y sus “propuestas”, para solucionar sus problemas. El Problema, es que esas soluciones vienen, generalmente acompañadas de promesas que son irrealizables, o sea, que no se pueden cumplir.
El político populista, siempre promete grandezas, que solo se desarrollan en su pobre mente. La idea del populista es creer que las personas no pueden lograr sus metas y fines sino es con la ayuda de ellos, esa es la razón principal por la que venden falsas esperanzas, acompañadas únicamente de más miseria y pobreza.
El populista, al ver que sus “propuesta”, no avanzan, culpa siempre a alguien más, generalmente serán, los empresarios, los grupos de presión, la sociedad civil y finalmente la oposición, quienes, en la mente del populista, son los únicos responsables de no permitir que su agenda de gloriosa recuperación progrese.
El pasado 10 de mayo, el alcalde de La Antigua Guatemala, “regaló” (con el dinero del pueblo antigüeño) a un grupo de madres unas tazas en las cuales se puede apreciar la foto de él con su distinguida esposa. Obsequio por demás inapropiado y de mal gusto, rayando en la descripción de un guatemaltequismo popularmente conocido.
El regalo del alcalde, cumple perfectamente con una característica propia del político populista, creer que las personas desean tener algo de el “ídolo” en su hogar; en tiempos de la Italia Fascista, las personas tenían que tener en la sala de su casa la foto con la firma de "Il Duce" Benito Mossolini.
Posiblemente, nada tendría de malo el mencionado regalo si lo hubiese hecho con su dinero, pero los recursos de la comuna son para realizar obras en beneficio de la mayor cantidad de personas, no para regalar tazas.
Unas tazas, por no decir, en nada, poco ayuda a mitigar las aún grandes necesidades de los antigüeños, seguimos viendo como se inundan nuestras calles, como hay comunidades que no tienen acceso al agua potable, no tienen drenajes, mucho menos calles y banquetas, pero el alcalde, regala tazas, eso sí que será de gran ayuda para el desarrollo de La Antigua Guatemala.
“Nada es descartable con los populistas, precisamente porque mienten sin pudor para conseguir su objetivo el poder.”
Carlos Rodríguez Braun, Prologo al Engaño Populista
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